lunes, 25 de febrero de 2013

Cuento - No laborable

No laborable.

Era un día normal como cualquier otro, aunque por disposición de la ley estaba marcado en calendario como no laborable.

Esteban se había despertado como de costumbre al sonar el reloj despertador a las 5:50 AM, se levanto, se dirigió al baño, se sentó en el sanitario, mas para terminarse de despertar que para hacer alguna necesidad.

Se llevo las manos a la cara tratando de decirse que había amanecido, luego, metió la cabeza en las manos tocándose la sien, pues, no podía soportar la molestia que le causaba todo el alcohol ingerido el domingo anterior.

Pasado unos 15 minutos, levanto la cabeza se paro del sanitario y se miro al espejo, los ojos le ardían tanto como el estomago. Y dijo mirándose al espejo “mierda no vuelvo a beber más”

Esa misma frase la había repetido muchas veces, desde que probó el primer trago de cerveza cuando tenía apenas 11 años y la repetiría 20 años más, hasta una semana antes de su muerte.

Se quedo perplejo unos 2 minutos sin moverse frente al espejo y al mirarse a los ojos los encontró tan rojo como el vestido que llevaba Josefina la noche anterior, fue entonces cuando empezó a despertarse y se dio cuenta que aunque era Lunes, no tenía que ir al trabajo, por que se había movido el día festivo.

“Carajo eso lo hace el maldito romo” dijo de una manera tajante y determinante. Hoy que podía quedarme un rato más en la cama, por el jumo olvide apagar el despertador.

Josefina, su esposa se percato de que en realidad Esteban aun seguía borracho, pero no se atrevía a decirle nada, ya que, en los 15 años que llevaban juntos, 4 de noviazgo y 11 de casado, aprendió a lidiar con esos lunes de perro, con la única diferencia, de que, hoy no tenia que ayudarlo a prepararse por que no había trabajo en la oficina.

Salió del baño y miro a su esposa, -ella se hiso la dormida- la vio plácidamente dormida se perturbo de que aun 20 minutos después de sonar el reloj ella continuara durmiendo. Volvió al espejo se miro extrañado, salió y se dirigió a la cocina, abrió la nevera, el frízer, tomo una vasija con hielo le hecho un poco de agua la movió y vertió un poco en una jarra y la tomo de un sorbo se sentó unos minutos en el comedor.

Miro el reloj y se apresuro al almanaque que estaba colgado del armario, busco la fecha con el dedo y la vio en rojo.
Suspiro, apago el despertador, las luces y se metió de nuevo en la cama a tientas para no despertar a su esposa y dijo en un susurro “Hoy no se trabaja”

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